China es el segundo país más poblado del mundo y el tercero en el ranking de los territorios más extensos. Y mientras se consolida como una potencia global en lo económico, militar y tecnológico, lanzó un ambicioso proyecto para liderar la investigación geológica en el planeta.
Se trata de la excavación de un agujero en el desierto de Taklamakán, al oeste del país, con el objetivo de alcanzar 11.100 metros de profundidad. Esto permitiría conocer con mayor precisión la composición del suelo y los recursos naturales de la región (minerales y energéticos), además de evaluar riesgos de catástrofes tales como terremotos y erupciones volcánicas.
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Para completar la compleja perforación se utilizará maquinaria especial, con la intención de alcanzar las rocas del Periodo Cretácico, que se remonta hasta 145 millones de años. El plazo estimado para finalizar la obra es de 457 días.
El proceso para lograrlo es tan desafiante que Sun Jinsheng, ingeniero de la Academia China de Ingeniería, lo comparó con "conducir un camión sobre dos cables de acero delgados".
En caso de llegar a la profundidad buscada, este se convertiría en uno de los pozos más hondos del mundo. El que ostenta el récord es el estrecho pozo de Kola, ubicado en el norte de Rusia y que en 1989 llegó a los 12.262 metros. En la actualidad, se encuentra abandonado y sellado por seguridad.