Los 34 obispos chilenos que visitaron al Papa Francisco en el Vaticano, por los casos de encubrimiento y abusos sexuales en la Iglesia de ese país, pusieron sus renuncias a disposición del pontífice para que "libremente decida" sobre su futuro.
La medida la anunciaron hoy en Roma, Fernando Ramos e Ignacio González, portavoces de la Conferencia Episcopal de Chile.
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En la declaración los obispos también pidieron perdón "por el dolor causado a las víctimas, al Papa y al pueblos de Dios, por los errores y omisiones".
Ahora quedará en manos del Papa decidir si acepta, rechaza o demorar su decisión.
El lunes el Papa se reunió por primera vez con los 34 obispos chilenos a quienes había convocado a una reunión de emergencia para analizar los "abusos de poder, sexuales y de conciencia" ocurridos en Chile en las décadas 1970 y 1980 por el carismático sacerdote Fernando Karadima.
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A finales de febrero el Papa recibió en el Vaticano a tres chilenos víctimas del cura Karadima, James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz, a quienes pidió "perdón de corazón".
Es la primera vez en la historia que una conferencia episcopal al completo presenta su renuncia por un escándalo de abusos sexuales, y pone de manifiesto el daño que el caso provocó no solo en la Iglesia católica en Chile sino a toda la institución.