Detenidos de la cárcel Alayón de Maracay detonaron dos explosivos que mató a cinco personas y dejó heridas a otras 30, según informó la Fiscalía General que investiga para dar con los responsables.
Algunos medios locales indicaron que los explosivos fueron detonados durante un enfrentamiento entre los reclusos.
La mayoría de las cárceles venezolanas son controladas por bandas de reclusos que poseen potentes armas, municiones y granadas que ingresan a los centros penitenciarios gracias a la complicidad y la corrupción de funcionarios civiles y militares.
En el país funciona una treintena de cárceles que fueron diseñadas para unos 16.000 presos, pero la población penal alcanza a cerca de 50.000 personas, según estimaciones de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones.