Nilüfer Demir es la autora de la foto que, sin lugar a dudas, quedará grabada en la memoria de millones de personas. Mientras trabajaba para la agencia Dogan en las playas turcas, cubriendo el hallazgo de 12 cadáveres de inmigrantes sirios, vio el cuerpito de Aylan Kurdi tirado en la arena.
"Cuando lo vi se me heló la sangre. Había un cadáver con la camiseta roja levantada y pantalón azul marino. No había nada que yo pudiese hacer por él. Podía darme cuenta por la ausencia de gritos. Lo único que podía hacer era apretar el botón del obturador, e hice la foto en ese momento", contó mientras se recupera de la conmoción.
"Antes de apretar el botón, sentí un gran dolor y tristeza. Después, que teníamos que mostrar su drama. Mi trabajo es sacar buenas fotos y hacerlo lo mejor que pueda", explicó. Al consultársele por la indignación global que generó, destacó que "hemos tenido éxito".
Tan fuerte fue el impacto, que los refugiados sirios en Europa convirtieron a la foto en una bandera de la lucha por mejores condiciones de vida y el fin de la guerra. "Están viviendo esto desde hace mucho tiempo. Espero que algo cambie después de lo de hoy", se esperanzó la Demir.