Yamato Tanooka es un niño de siete años que hasta hace una semana tenía una vida más o menos normal. Sin embargo, el sábado sus padres quisieron darle un castigo ejemplar que se salió de control.
Decidieron bajarlo de vehículo en el que estaban para dejarlo sólo en una zona boscosa y montañosa en el norte de Japón. Como parte del castigo, arrancaron el auto y se fueron viendo cómo el niño lloraba y los perseguía corriendo hasta que lo perdieron de vista. Volvieron a los pocos minutos pero Yamato no estaba más.
A partir de allí, comenzó una búsqueda desesperada que incluyó 130 oficiales, perros, caballos y hasta un helicóptero y que terminó ayer cuando lo encontraron a cinco kilómetros del lugar donde había sido dejado. Yamato sobrevivió gracias a que pudo refugiarse en un hangar militar.
Según las autoridades su estado general era bueno pero sólo había ingerido agua, por lo que estaba deshidratado y con principio de hipotermia. Sólo registraba algunos rasguños en los brazos y las piernas.
"Le he pedido perdón", aseguró el papá de Yamato quien agregó: "mi acto excesivo ha forzado a mi hijo a vivir momentos muy difíciles". La familia pidió disculpas a todos los que participaron en la búsqueda.