"En el país no hay democracia real". Ese fue el fundamento que le bastó a la activista Irom Sharmila para ponerle punto final a 16 años de huelga de hambre, el mayor período del planeta.
Ante una multitudinaria conferencia de prensa en el hospital de Imphal, Manipur (nordeste de India), donde pasó gran parte de sus últimos años, aseguró que quiere seguir el camino de Gandhi. "Necesito el poder, la política está ensuciada", resaltó entre lágrimas.
Su decisión de no comer nació para reclamar la derogación de la Ley de Facultades Especiales a las Fuerzas Armadas, que permitió el asesinato de miles de civiles. Cuando su salud se agravó, los médicos le pusieron una sonda a través de que es alimentada a la fuerza por las autoridades.
Además, Sharmila -conocida como "la dama de hierro de Manipur"- debe afrontar una causa por atentar contra su vida, algo que está penado en la India. Cuando anunció que finalizaba la huelga, simbólicamente tomó varias gotas de miel.