Por una rara enfermedad congénita, un bebé nació con el cerebro fuera de la cabeza en Estados Unidos. Los médicos creían que no sobreviría al nacer y, a pesar de que se enteraron de su condición a las 22 semanas de embarazo, los padres no quisieron interrumpirlo.
Esta malformación se denomina encefalocele y se desarrolla en plena gestación del feto, cuando una parte del tejido cerebral sale del cráneo por algún orificio y se desarrolla por fuera. Habitualmente provoca la muerte del feto antes de nacer o a las pocas horas.
Contra todos los pronósticos, Dustin y Sierra Yoder tuvieron a Betley, quien fue sometido a operación para colocar el cerebro dentro del cráneo. Los médicos le agrandaron la cabeza y luego cerraron el orificio con tejido.
Ahora el bebé comenzará terapia física y creen que podría quedar con algunas secuelas, como retrasos en el crecimiento o en la visión. Sin embargo, el de este pequeño no deja de ser un milagro.