Alí es un joven de 18 años, uno de los tantos refugiados que cruzan las fronteras de los márgenes de Europa soñando una mejor vida.
El adolescente afgano descansa a la sombra de un árbol y con un inglés precario explica a la cámara de la cadena BBC que lleva caminando miles de kilómetros empujando la silla de ruedas en la que viaja su abuela desde Afganistán hasta la frontera de Hungría rumbo a otros países de Europa. Buscan escapar de los países en conflicto, como Siria, Irak y Afganistán.
Sorprendido, el periodista le pregunta si lo que ha oído es correcto, y el joven insiste. “a veces, cuando no puedo empujar la silla, la llevo a mis espaldas”.
El gobierno húngaro presentó un plan para enviar el ejército, la policía montada y perros a su frontera sur, ante el número récord de inmigrantes que entran a la Unión Europea.
Según la ONU, los inmigrantes y refugiados que han llegado este año a Europa por el Mediterráneo asciende a 292.000. Las llegadas a Grecia han alcanzado 181.000 y las registradas en Italia 108.000.