La tragedia aérea del 28 de noviembre pasado quedará en la memoria de todos. Aquel avión que trasladaba al equipo de fútbol Chapecoense se estrelló minutos antes de aterrizar en el aeropuerto de Colombia y sólo seis personas sobrevivieron de los 77 pasajeros.
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En la historia del fútbol mundial esa fecha será uno de los días más tristes y dolorosos. Salvarse de un accidente aéreo es, para muchos, un milagro. Sin embargo, para la azafata, Ximena Suárez, fue todo lo contrario: “Es verdad que fue un milagro, pero vivir ha sido una cruz para mí”.
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A fines de enero conocimos que la joven de 28 años, madre soltera de dos niños de seis y dos años, realizó una campaña a través de Internet para recolectar dinero y solventar su recuperación. Pero recibió muchas críticas y poca ayuda.
"Vivir ha sido una cruz para mí", dijo entre lágimas Ximena Suárez
“Yo sentí que Dios me dijo ‘te saco y después luchamos’. Es una situación que nadie se puede imaginar. Y al llegar a mi país, sumé más problemas y más problemas. Es increíble”, relato entre lágrimas en diálogo con BBC Mundo. Suárez atraviesa una situación financiera complicada porque el seguro médico de LAMIA sólo cubrió 25 mil euros y la recuperación demandó mucho más.
“Me levanto con pesadillas, se me vienen a la mente imágenes del equipo, de los pasajeros que iban tan felices. Ahora necesito medidamentos para dormir”, contó tras romper en llanto.
Para colaborar con la joven azafata que se salvó en el accidente pueden hacerlo a través de la página Go FundMe.