Alberto Fernández pasa sus horas más dramáticas en el departamento del piso 12 de una de las torres River View, un complejo de dos lujosos rascacielos de 30 pisos y 100 metros de altura.
La vivienda es propiedad de Enrique “Pepe” Albistur, ex secretario de medios durante el gobierno de Néstor Kirchner, cuando Fernández era jefe de Gabinete. Albistur, casado con Victoria Tolosa Paz, se vio forzado a dejar el cargo luego de una investigación por manejos irregulares en la distribución de pauta oficial. Se lo acusó de contratar a su propia empresa de cartelería para difundir campañas del gobierno. La causa estuvo a cargo del juez Julián Ercolini. Todo tiene que ver con todo.
Según trascendió, el departamento es prestado y su ocupante sólo paga las expensas y los servicios. La vivienda cuenta con tres ambientes. Dos dormitorios en suite y vestidor en el cuarto principal. La propiedad tiene un amplio living con balcón. Se accede a través de un palier privado al que se entra con clave.
Desde que estalló el escándalo, Pablo Galíndez, hermano de Alberto, se instaló en el departamento para acompañarlo. El ex secretario general de la presidencia, Julio Vitobello, también pasa varias horas en el edificio de Puerto Madero.
Durante su cuarentena forzada, Fernández define su estrategia defensiva: le dio una entrevista al diario El País. Los dardos del ex presidente contra Fabiola son tan evidentes que el medio español redobla los esfuerzos para tener la versión de la denunciante, lo que demora la publicación. Versiones de última hora indican que la nota podría no emitirse. Total normalidad.
También habló con El Cohete a la Luna, el portal de Horacio Verbitsky. Allí negó golpes contra Fabiola y aseguró que los hematomas se deben a un tratamiento estético.
Así como durante el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), la policía golpeaba la puerta de quienes eran denunciados por violar la cuarentena, el viernes tocaron el portero del departamento donde vive Alberto. No se trató de un operativo para constatar que respetara el ASPO, sino de un allanamiento donde se secuestró su teléfono celular entre otras pertenencias. La medida fue dispuesta por el fiscal Carlos Rívolo, y busca determinar si el ex mandatario hostigaba a Fabiola. “Terrorismo psicológico” en los términos de la ex primera dama.
Abran las escuelas
En medio de la crisis, la Universidad de Buenos Aires se apresuró en aclarar que en lo que queda del año Alberto Fernández no dará clases. Según la Facultad de Derecho, no hubo suficientes inscriptos en su curso. Como pasó en pandemia, las aulas estarán cerradas para él. Otra vez el destino le pasa factura al presidente que a través de Carlos Zannini quiso suspender las clases presenciales en la ciudad de Buenos Aires en mayo del 2021 por un enfrentamiento con el entonces jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. Una canallada por donde se lo mire.
No todas son malas noticias para el ex mandatario. En julio se le acreditaron casi 14 millones de pesos en concepto de pensión vitalicia para quienes fueron presidentes. Los datos fueron revelados por Manuel Jove, periodista de TN.
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La cifra es bastante más alta que la que el Estado pagaba a empleados en relación de dependencia durante la pandemia. El famoso ATP, programa mediante el cual el gobierno asistía a empresas privadas que no podían pagar sueldos por el aislamiento. Aquellos asalariados alcanzados por el plan quedaban inhabilitados para comprar dólares y acceder a créditos blandos. Nada es gratis en la vida.
Durante las últimas horas se debatió si Alberto Fernández es digno de cobrar dicha asignación. Hay varios proyectos en danza para dar de baja ese beneficio, que sólo podría anularse mediante resolución judicial, algo poco probable.
Más allá de lo obsceno de semejante privilegio en un país con más del 50 por ciento de pobreza, poco sirve la abultada suma en este contexto. Hay cosas que el dinero no puede comprar.