Ya hemos dejado de hacer muchas cosas. Dejamos de saludarnos afectuosamente y de compartir el mate. Dejamos de trabajar, de ir al cole, de ir al gimnasio. Dejamos de reunirnos con familiares y amigos. Pero si hay algo que no podemos, es dejar de nacer.
En ésta búsqueda de información y datos útiles para mis columnas de El Doce le pregunté a mi obstetra si estaban naciendo muchos bebés en estos días de cuarentena. Qué inocente de mi parte.
“Igual que siempre”, me respondió. “Los bebés no postergan su llegada al mundo por más coronavirus que tengamos”, dijo.
Seguí por el Registro Civil de Córdoba. Pregunté qué hacemos entonces con los recién nacidos. Por suerte, a pesar de que hay actividades limitadas en estos días, allí también están anotando a los nuevos ciudadanos. Cuando llegue el momento, podremos ir rápidamente y hacer ese trámite para quedarnos tranquilos.
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Así que todos los días tenemos en el mundo más y más coronials, que por suerte ni se enteran que acá afuera estamos con la pandemia del siglo.
Lo cierto es que los recién nacidos vienen a traer un poco de frescura a muchas familias. Nos recuerdan que nuestra naturaleza es también estar afuera, en libertad. En movimiento y en contacto con otros seres vivos.
Quizás estos coronials traigan un hermoso mensaje para el planeta entero en su primera inhalación, en su primer llanto pos parto. Nos recordarán que el mundo no se detiene, que el amor y la vida se reinventan permanentemente, a pesar de todo.
Con el correr de los días en cuarentena, nada me da más paz que pensar en cómo será la cara de mi hijo. Sus pies, su aroma. Ese primer encuentro con su papá y conmigo.
Estando en casa, la preocupación y el temor del parto con el coronavirus ahí afuera se fueron convirtiendo en esa dulce espera de la que tanto me hablaron. Tengo un buen presentimiento. Me aferro a esa idea de que la naturaleza y los médicos harán que todo salga bien y espero que otras embarazadas también puedan sentir lo mismo.
Ayer leí una hermosa carta de bienvenida que Nancy, una cordobesa, le escribió a su sobrino recién nacido. Nadia, su hermana melliza, acaba de dar a luz a Jano y estas palabras no podrían describirlo mejor: “Nada tan literal como tu llegada para señalarnos tiempos de cambios, tiempos de antes y después. Para enseñarnos que no tenemos ningún control ni sobre las cosas que pasan, ni sobre las que dejan de pasa”.
“Pareciera que el mundo se preparó para esperarte, para lavarse el egoísmo de encima, para vestirse de conciencia, para recibirte limpio y renovado con su mejor perfume y su mejor aire. Llegás a casa como llegó esta pausa universal, no la estábamos esperando porque no sabíamos cuánto la necesitábamos”.
Seguiremos #GestandoCuarentena y gestando a los coronials que muy pronto llegarán para enseñarnos tantas cosas. Para llenar la casa y el corazón de vida y amor.