En la noche del 7 de setiembre de 1991 el dirigente radical y de EPEC, el ingeniero Regino Maders participó del cierre de campaña de Angeloz y tras el cierre del acto, pasó por la sede de la UTN -donde era docente-. Más tarde, fue a su casa de barrio Residencial Vélez Sarsfield y en la puerta de entrada fue asesinado por la espalda de dos balazos. El atacante (una versión indica que fueron dos) se dio a la fuga. No hubo testigos directos.
A partir de allí aparecieron una importante cantidad de hipótesis sobre el móvil del hecho: desde una cuestión “de polleras” que lanzaron en las primeras horas algunos funcionarios, un intento de robo, la mafia de los tragamonedas, la vinculación con presuntas investigaciones que estaba haciendo el político sobre narcotráfico, corrupción, grandes consumidores de energía o sobre concesiones de centrales eléctricas por parte de EPEC.
El juez Johnson, que tuvo a su cargo el caso, dijo que la policía y el gobierno provincial le habían sembrado pruebas falsas y que le hicieron perder un año de trabajo. La familia, especialmente su hermana Teresa, que se puso la causa al hombro y lograron mantenerla activa acusaba a las autoridades de que el crimen había sido ordenado “desde arriba”.
Con el paso del tiempo, tanto Teresa Maders como el juez Johnson saltaron a la política, de la mano del justicialismo.
Finalmente ¡14 años después! Un expolicía, Oscar Síntora, fue condenado a prisión perpetua como autor material de los disparos “por precio o promesa remuneratoria”, es decir, por encargo.
El segundo juicio, que comenzó dos años más tarde y al que también se llamó Maders II, buscó entonces llegar hasta los autores intelectuales del crimen. Al banquillo llegó un político que había sido cercano al exgobernador Angeloz, el polémico Luis Medina Allende. Para la familia, eso era insuficiente y allí también debían estar las más altas autoridades del gobierno de entonces.
+ MIRÁ MÁS: Los Tesoros del Archivo: el casamiento de Máxima Zorreguieta
El resultado, encima, estuvo lejos de lo que la familia esperaba: el fiscal de Cámara Carlos Ferrer consideró que no estaba probada que fuera Medina Allende quien contrató al asesino y la defensa a cargo de Marcelo Brito, por supuesto, defendió su inocencia.
El jurado popular declaró al acusado inocente por el beneficio de la duda. Fue un fallo dividido, con 6 votos por el beneficio de la duda y 4 por la culpabilidad. No se encontró, entonces, a quien le habría pagado al sicario para matar al ingeniero.
Medina Allende murió en 2019, el mismo año en que Síntora accedió a la prisión domiciliaria por cuestiones de salud. Teresa Maders murió en 2022. Hoy hay un par de escuelas y alguna calle que llevan el nombre de Regino Maders, pero a más de 32 años del crimen y a 16 años del último juicio, quedan pocas esperanzas de que se encuentre a quien ordenó la muerte y se haga justicia.
El Doce tiene un valioso archivo audiovisual con imágenes desde el año 1965. Si querés consultar por imágenes, escribinos al Whatsapp al 549351 2191212 o al mail archivoC12@artear.com