En una mañana de feriado marcada por hechos de inseguridad en Córdoba, el ministro Juan Pablo Quinteros admitió en El Show del Lagarto que la cantidad de delitos es alarmante. Vinculó el problema a una crisis “que se va a profundizar” resaltó que por primera vez la Policía “blanquea” los números.
“No vamos a esconder debajo de la alfombra lo que nos está pasando”, afirmó el funcionario de Llaryora. Además, hizo hincapié en la preocupante violencia urbana que se vive en todos los barrios, en donde “una discusión termina a los tiros”.
Quinteros se mostró comprometido a no esconder la cantidad de hechos que se registran en la provincia. “Duele, obviamente, me duele levantarme todos los días a las 5 de la mañana con la lista de delitos que hay”, lamentó.
Pedido por el clásico
Quinteros reveló que desde su Ministerio han llevado a cabo gestiones con los clubes para solicitar que el clásico entre Belgrano y Talleres, previsto para el sábado 24 en Alberdi, se pase para el domingo.
Quinteros expuso su preocupación por la posibilidad de que miles de personas estén en Alberdi y que un gol pueda desencadenar situaciones de violencia en el estadio Kempes, donde el mismo día cantará La Mona Jiménez.
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“Desde el Ministerio cursamos un pedido para que cambien el día. El evento autorizado desde enero es el evento de Jiménez y posteriormente se fijó el clásico el mismo día y a la misma hora”, explicó.
Luego amplió el problema que se generaría: “Jugarían en Alberdi y a muy poco minutos tendríamos 50 mil personas en el Kempes. Un gol de uno u otro puede repercutir a escasos kilómetros”.
La seguridad del gobernador
Por último, el ministro mencionó los desafíos en cuanto a la seguridad de Martín Llaryora, que evita circular con custodia. En ese sentido, relató que este lunes la Policía Caminera encontró al gobernador al costado de la ruta, ya que se había detenido para atender una llamada telefónica.
“Da un dolor de cabeza, porque tenemos la obligación de cuidarlo. Suceden cosas insólitas, ayer me comentaron que lo encontraron al costado de la ruta, había parado para hablar por teléfono. Pensaron que era un desperfecto mecánico pero cuando se dieron cuenta que era el gobernador no podían creer que anduviera sin custodia”, relató.
“Le gusta andar como una persona común y renegamos bastante, pero uno lo tiene que respetar también”, cerró Quinteros.