Dos diplomáticos rusos provocaron un escándalo este miércoles a la mañana luego de atrincherarse en sus autos para evitar controles de alcoholemia sobre la Avenida del Libertador, en pleno barrio porteño de Recoleta.
Los hechos ocurrieron con poco tiempo de diferencia. Primero uno llamado Sergei Baldin, quien fue demorado a bordo de un vehículo con chapa diplomática. Permaneció durante más de una hora dentro del auto tras negarse al control para saber si maneja con alcohol en sangre.
En su caso tuvo que intervenir Cancillería. Móviles policiales lo escoltaron hasta la Embajada de Rusia, donde le labraron el acta de infracción 7062 por haberse negado al control de alcoholemia. En medio del operativo, que era transmitido en vivo por la señal de TN, apareció otro de su misma nacionalidad y con la camiseta de Nueva Chicago para intentar resolver el conflicto.
“Hubo un breve diálogo en el que se le solicitó realizar el control, indicó que no quería realizar el procedimiento y cuando le explicamos la importancia de hacer el control se limitó a subir la ventanilla y quedarse adentro”, explicó un agente de Tránsito porteño.
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Sin embargo el problema no concluyó ahí. Unos minutos después, otro vehículo diplomático ruso fue parado en el mismo control y el conductor, identificado como Timur Salomatin, también se negó a someterse al test de alcoholemia, subió la ventanilla y empezó a hablar por teléfono. Al igual que el anterior, terminó escoltado hasta la Embajada, que luego salió a repudiar el accionar de los agentes de la Policía.
“Consideramos lo ocurrido como una grave violación del derecho internacional, sobre todo sobre sus disposiciones sobre inmunidades diplomáticas”, dijo un funcionario que se identificó como el primer secretario de la embajada rusa en Buenos Aires