Ante el escenario de expansión de fiebre amarilla en la región, el Gobierno nacional confirmó que prepara un plan de acción para enfrentar un posible brote.
La alerta sanitaria volvió a encenderse en Sudamérica. De acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ya se registraron 350 casos en humanos y 150 muertes en la región, con una letalidad del 42,8 %, cinco veces por encima del promedio anual habitual.
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Los países afectados son Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia, lo que eleva el riesgo para la Argentina por su cercanía y circulación regional.
“Estamos preparando un plan de acción para enfrentar una posible epidemia de fiebre amarilla. Debemos estar juntos para enfrentar esta amenaza”, señalaron funcionarios del Ministerio de Salud a Clarín tras una reunión con sociedades científicas.
Aunque no se registran casos autóctonos en el país desde 2009 ni en viajeros desde 2018, las autoridades decidieron reforzar la vigilancia epidemiológica y evaluar ajustes en la estrategia de vacunación.
Actualmente, la vacuna contra la fiebre amarilla se aplica en forma gratuita únicamente en provincias consideradas de riesgo, como Formosa, Misiones y Corrientes, zonas endémicas donde el Estado asegura la provisión de dosis.
Sin embargo, existe preocupación por los territorios no contemplados en el esquema público, donde residen viajeros frecuentes hacia las áreas afectadas y que podrían convertirse en puntos de introducción del virus.
La OPS lanzó una serie de recomendaciones urgentes para todos los países de la región: alcanzar coberturas del 95 % en zonas de riesgo, fortalecer la vigilancia activa de casos sospechosos y de muertes en primates (sentinelas clave), capacitar al personal de salud y mejorar la comunicación pública sobre los riesgos y formas de prevención.
El Ministerio de Salud indicó que “se está monitoreando la situación regional y evaluando la posibilidad de modificar el plan vigente” para adaptarse a este escenario excepcional.
Especialistas advirtieron que la dinámica del virus está cambiando. El Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones de la Asociación Española de Pediatría alertó que la fiebre amarilla “ha comenzado a afectar zonas montañosas, subtropicales y próximas a centros urbanos”, lo que podría facilitar brotes urbanos si no se actúa con rapidez. Asociaciones médicas argentinas, como la Sociedad Argentina de Infectología y la Sociedad Argentina de Virología, expresaron su preocupación por la restricción de la gratuidad de la vacuna, ya que “pone en riesgo brotes significativos en regiones donde existen vectores competentes y poblaciones susceptibles por falta de vacunación”.
En este contexto, las autoridades trabajan en coordinación con organismos internacionales para delinear un esquema flexible que permita actuar con rapidez en caso de detección de casos sospechosos. Mientras tanto, la recomendación para quienes viajen a zonas de riesgo sigue siendo clara: vacunarse al menos 10 días antes del viaje.