La incertidumbre económica, financiera y política que se vivió entre las Paso y la general de este domingo hizo que se reflotase el clásico tema de la necesidad de acuerdos amplios para garantizar la gobernabilidad del país.
Argentina vota pensando en el día después, en lo que ocurrirá a partir del lunes, en medio de una profunda crisis, con inflación descontrolada, indicadores sociales alarmantes e incertidumbre respecto a los meses por venir.
Por eso, el propio presidente Alberto Fernández y otros referentes del oficialismo lanzaron en las últimas semanas la necesidad de acuerdos políticos.
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Además, entendimientos de ese tipo forman parte de las exigencias del Fondo Monetario Internacional para avanzar en la renegociación de la deuda externa.
Una parte del acuerdo que impulsa el Gobierno tiene un capítulo parlamentario, a partir de una configuración del Congreso que puede ser adversa para el oficialismo. La otra es con actores como sindicalistas, empresarios y otras organizaciones.
Los puntos centrales de este acuerdo serían:
Acuerdo FMI. Ciertos grados de consenso en políticas macroeconómicas para avanzar en una compleja negociación. El problema es que ni dentro del oficialismo coinciden en cómo encarar esas tratativas.
Presupuesto y subsidios. El ministro de Economía, Martín Guzmán, va a tener que revisar metas de inflación y algunas cuestiones de distribución de recursos, como los subsidios concentrados en el Amba. Puede que las provincias tengan más peso después de la elección.
Promoción productiva. Se analiza un paquete de medidas para incentivar la producción de las pequeñas empresas y los emprendedores.
Planes sociales. El Gobierno quiere reflotar en el Congreso la idea de un programa que permita que los que reciben planes puedan incorporarse al mercado laboral manteniendo la asistencia hasta que los ingresos se estabilicen.