“Ser país anfitrión no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión”. Este reproche fue una de las frases que más trascendió del discurso de Alberto Fernández en la Cumbre de las Américas.
En la ciudad de Los Ángeles, el presidente argentino criticó a Estados Unidos por no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua al encuentro regional. Y remarcó que hubiese querido “otra Cumbre”.
El mandatario fue un paso más allá y se quejó del aislamiento económico a estas naciones, promovido por el país norteamericano. “Cuba soporta un bloqueo de más de seis décadas impuesto en los años de la Guerra Fría y Venezuela tolera otro mientras que una pandemia que asola a la humanidad arrastra consigo millones de vidas”, enfatizó.
Cabe recordar que desde Washington no convocaron a estos tres Estados por considerar que sus gobiernos atentan contra los derechos humanos y no respetan la democracia. A pesar de su postura, el jefe del Ejecutivo nacional invitó a Joe Biden a la próxima reunión de la Celac.
Críticas a Trump y el FMI
A menos de 24 horas de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobara las metas impuestas a la Argentina, Alberto Fernández apuntó contra la gestión del expresidente Donald Trump, por promover la toma de deuda argentina.
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“La intervención del gobierno de Donald Trump ante el Fondo Monetario Internacional, fue decisiva para facilitar un endeudamiento insostenible en favor de un gobierno argentino en decadencia. Lo hizo con el solo propósito de impedir lo que acabó siendo el triunfo electoral de nuestra fuerza política. Por tamaña indecencia sufre hoy todo el pueblo argentino”, dijo.
Y agregó que esos años “estuvieron signados por una política inmensamente dañina para nuestra región desplegada por la administración que lo precedió. Es hora de que esas políticas cambien y los daños se reparen”.
Medioambiente y alimentos
Por último, en referencia al delicado contexto mundial que presenta la guerra entre Ucrania y Rusia, Alberto Fernández propuso a Latinoamérica y el Caribe enfocarse en “dos grandes objetivos”: la producción de alimentos y el desarrollo de fuentes alternativas de energía para una transición ecológica.
Sobre esto último, sostuvo: “Somos acreedores ambientales. Aportamos oxígeno al planeta y no somos responsables de emitir los gases que provocan el efecto invernadero. La injusticia ambiental que vivimos destruye nuestro continente. Debemos enfrentar la transición ecológica contando con auxilios financieros suficientes que movilicen la innovación con justicia social”.