Este domingo Alberto Fernández dejará de ser quien ocupa el sillón de Rivadavia. En sus últimos días como presidente, emitió un discurso a través de Cadena Nacional e hizo un balance de su gestión.
Empezó recordando el regreso de la democracia con la asunción de Raúl Alfonsín hace 40 años. "El 10 de diciembre es el símbolo inapelable de un consenso democrático que en cuatro décadas de vigencia sostuvo, aún con dificultades, la convivencia plural y el fortalecimiento de las instituciones republicanas", reflexionó.
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A nivel personal, agregó: "A mí, que entonces era un joven abogado recién recibido en la Universidad pública, tampoco me estaba dado pensar en aquel momento que el pueblo de mi patria me concedería el inmenso honor de llegar a este día como presidente de los argentinos y las argentinas".
Por otro lado, dejó varias autocríticas y admitió sentir “pesar” por no haber alcanzado “los objetivos”. En esa línea, reconoció tener “toda la responsabilidad”. “Ampliamos derechos pero faltan, pusimos la justicia social como horizonte pero no la alcanzamos”, sostuvo.
También indicó: “Si algo me reprocho es no haber sido capaz de terminar con la gritera. He aprendido que para cerrarla no hace falta someter al otro, ver quien impone su relato, sino que hace falta caminar con el otro”.
"Guardo conmigo el dolor profundo de no haber llegado a mejorar la vida de quienes aún están en la pobreza. No voy a elegir el lugar cómodo de esperar el juicio de la historia que suele ser benévolo con los expresidente porque ocultan los claroscuros del presente escucho y me hago cargo del juicio de mis contemporáneos, de sus entusiasmos, de sus enojos y sus críticas", completó.
Macri, el FMI, la pandemia y la sequía
A pesar de mostrarse crítico sobre su gestión, también aseguró que “Argentina hoy es un país mucho mejor que hace cuatro décadas”.
“Tenemos más trabajo, más obra pública, más infraestructura, más viviendas, más industrias, más derechos para las mujeres y disidencias, más desarrollo y tecnología”, argumentó.
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Por otro lado, volvió a cuestionar la deuda que el gobierno de Mauricio Macri asumió con el Fondo Monetario Internacional (FMI) e insistió en que la misma condicionó a su administración.
“Asumí el gobierno en diciembre del 2019 en una situación calamitosa, dejada por el gobierno que me precedió, con altísimos índices de pobreza e inflación y una deuda que nos comprometía por generaciones”, dijo en una clara referencia a la gestión de Juntos por el Cambio.
Por otro lado, habló del “singular momento” que le tocó. “En el día 99 de nuestra gestión empezaron a sucederse desafíos tan inesperados como fatales. Una pandemia que arrasó con 15 millones de vidas en el mundo. Una guerra que distorsionó todos los precios de la energía y los alimentos. Finalmente, una sequía que terminó con el 23% de nuestras exportaciones”, enumeró.
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Sobre su futuro, afirmó que tras dejar los atributos volverá a ser “volveré a ser aquel joven abogado guiado por la búsqueda de la libertad, la igualdad y la fraternidad dispuesto a darlo todo por construir junto a mis compatriotas una sociedad justa”
“A 40 años de democracia, defendámosla cada día, como nos enseñaron las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo, y todos y todas quienes nos marcaron el camino. Más y mejor democracia, siempre”, cerró.
Cabe señalar que el mensaje no se emitió en vivo sino que fue grabado este viernes por la mañana en el Patio de las Palmeras de Casa Rosada. En ese mismo lugar había hecho, dos días atrás, un brindis de despedida con trabajadoras de la sede del Poder Ejecutivo.
Cabe recordar que este domingo al mediodía el pejotista le entregará formalmente la banda y el bastón a Javier Milei. Según lo previsto, el libertario hablará por primera vez como jefe del Ejecutivo desde las escalinatas del Congreso.
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Ambos líderes habían iniciado el proceso de transición el 21 de noviembre, cuando se reunieron después de la victoria del líder de La Libertad Avanza en el balotaje. Ese primer encuentro duró cerca de dos horas y, según los dichos de ambos, estuvo marcado por la cordialidad.