La declaración de independencia de Cataluña no hizo más que aumentar la escalada de tensión en España y también en el mundo. Horas después de la repentina votación, el Gobierno de Mauricio Macri advirtió que "continúa analizando con preocupación la delicada situación por la que atraviesa el pueblo español y la declaración de independencia".
En un comunicado, destacó que "los argentinos renuevan su confianza en la capacidad del Gobierno y de toda la Nación española", al mismo tiempo que resaltó al diálogo como camino para "restablecer la legalidad y el orden constitucional, garantizando los derechos y libertades de todos sus ciudadanos y la unidad e integridad territorial del Reino de España".
Repercusión negativa
Estados Unidos, Francia y Alemania no reconocen la legalidad del gobierno catalán y los tres expresaron que solo tratarán con España. "Cataluña es una parte integral de España, y EE.UU. apoya las medidas constitucionales del gobierno español para mantener al país fuerte y unido", señaló Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado.
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Desde el país que dirige Angela Merkel, desconocieron la independencia unilateral. También apoyaron las medidas del presidente español, Mariano Rajoy, que disolvió el Gobierno catalán y convocó a elecciones.
Por último, el mandatario francés, Emmanuel Macron, calificó a Rajoy como "el único interlocutor" entre ambos países. Pese a esto, afirmó que el conflicto es un "asunto interno" de España.