La presidenta Cristina Kirchner le ordenó al jefe de su custodia, el comisario Diego Carbone, la conformación de una división especial para su seguridad personal, cuando el 10 de diciembre deje de ser mandataria y se mude a Río Gallegos.
El nuevo cuerpo tendría unos 100 efectivos de la Policía Federal y decenas de móviles.
Por lo general, las custodias de los ex presidentes suelen tener cerca de 30 efectivos, para hacer los relevos y cubrir todos los días.
La conformación de esa división está a cargo del jefe del Gabinete, Aníbal Fernández; el jefe de la Policía Federal, Román Di Santo, y el propio jefe de la custodia presidencial.
La seguridad deberá viajar por turnos hasta Río Gallegos o El Calafate, según el destino de la Presidenta y cuando ella tenga previsto viajar a la Capital Federal.