Preso y sin su empresa de cabecera. Así es la situación de Lázaro Báez, que sigue detenido en el penal de Ezeiza y aceptó cerrar definitivamente la polémica constructora con la que amasó una fortuna durante el kirchnerismo.
Austral Construcciones recibió el 78,4 por ciento de la obra pública en los 12 años de Néstor y Cristina Kirchner. Hoy, la familia Báez cerró el ciclo, acorralada no solo por la acusación de lavado de dinero y evasión sino también por una multimillonaria deuda.
"Por más que saldemos deudas, a qué licitación nos podemos presentar, no vamos a ganar nada más", se lamentaron en Austral Construcciones.
"Esperamos que se habilite la realización de pagos a proveedores, muchos son de vialidad y se podría entregar maquinaria, pero no podemos mover nada de la empresa hasta que la Justicia lo indique", explicaron a Clarín fuentes de la empresa. "Por más que saldemos deudas, a qué licitación nos podemos presentar, no vamos a ganar nada más", agregaron.
Por su parte, la Unidad de Información Financiera (UIF) solicitó al juez Sebastián Casanello que congele cuentas bancarias de 30 empresas vinculadas a Báez. Además, pidió que inhiban los bienes a nombre de dichas entidades.