Para la nueva temporada turística en el sur, por primera vez, la familia Kirchner no tendrá sus cuatro hoteles abiertos, a causa de remodelaciones y falta de gerenciamiento.
De todas formas, en los cuatro hoteles recaen investigaciones judiciales que van desde lavado de dinero hasta presunta falsificación de documentos públicos.
Cristina Kirchner y sus hijos son dueños de cuatro hoteles en Santa Cruz. Tres se encuentran en El Calafate y uno en El Chaltén.
Uno de los que estará cerrado es Los Sauces, la casa Patagónica, ubicada al lado de la residencia de Cristina. Desde su apertura en 2006 siempre fue gerenciado por Panatel, firma de la familia Relats, que se retiró de la administración. Este hotel boutique cerró durante el invierno y por ahora, no volverá a abrir sus puertas.
En tanto, el hotel La Aldea, en el Chaltén, estará cerrado por remodelaciones. En la puerta principal del edificio de madera sobresale el cartel hecho en computadora con el mensaje: "Cerrado hasta 2017".
Pero los turistas sin podrán contar con los hoteles de el Alto Calafate, que le pertenece a Hotesur, investigada por lavado de dinero y administrado por Sanfelice. El alojamiento de cuatro estrellas subió sus precios: las habitaciones que en enero de este año iban de 199 a 338 dólares, ahora irán de 299 a 508 dólares.
Y la otra opción es Las Dunas (hostería que Báez le vendió a Kirchner por dos millones de pesos) que aumentó la tarifa: irán de 175 a 323 dólares. También se encuentra investigado en la causa Hotesur.