El optimismo al que hasta Mauricio Macri calificó como excesivo quedó atrás y el Gobierno Nacional comenzó a reconocer que se vienen tiempos complicados. Las señales del cambio en el discurso comenzaron el pasado martes, cuando el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, pronosticó que faltan "dos o tres meses difíciles" y apuntó al "movimiento de precios por lo que ocurrió con el tipo de cambio".
Dante Sica, flamante ministro de Producción, utilizó un lenguaje más coloquial para graficar la situación: habló de un segundo semestre "mucho más difícil" y lo comparó con "la sala de guardia de un hospital".
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Según reveló Clarín, el Presidente planteó el cambio de estrategia a los ministros. "Les dijo que 'el cambio no hay que reducirlo sólo a la economía' sino que había que valorarlo como 'un cambio cultural'", informó el diario. Luego de esa reunión, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, predijo que "el shock externo y la crisis cambiaria van a tener un impacto con algunos meses recesivos”.
El mismo medio agregó que detrás del nuevo discurso está el asesor Jaime Durán Barba y dos encuestas de Isonomía y Poliarquía, que revelaron que evaluación del país, la situación personal y las expectativas a futuro están "en el piso de los últimos 10 años, con valores similares a los observados después de la devaluación de 2014 o durante la crisis de 2008/09".
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"Nuestra lógica siempre fue ser realistas y apostar a no subestimar a la gente. La sequía y la turbulencia internacional hicieron que lo que parecía un año muy bueno, fuera un año de altibajos”, concluyó una fuente cercana a la mesa chica de Macri.