El fiscal del distrinto 1 turno 2, Guillermo González, escuchó y analizó los dichos de Rubén Daniele frente a los trabajadores del municipio. Seis días después de la última convocatoria general, se decidió imputar al gremialista. Se le adjudica el "delito de incitación a la violencia colectiva".
Cuando se estaba tratando el tema sobre la publicación de los datos personales de los empleados públicos de la ciudad de Córdoba, el titular del gremio se despachó con un discurso vehemente y agresivo. En la explanada del edificio comunal, Daniele juró que al intendente Mestre “se le iba a borrar la sonrisa y se va a cagar como se cagó otras veces, pidiendo que vayamos a solucionar los problemas de la ciudad".
"Esta infamia, esta canallada, este intento por pisotear nuestra dignidad, este ataque a nuestra seguridad y la de nuestras familias, le prometo que lo va a pagar caro; vamos a responder con toda la fuerza", dijo con tono desafiante, en medio de cánticos y ruidos de bombos.
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La incriminanción se basa en artículo 212 del Código Penal que dice: "Será reprimido con prisión de tres a seis años el que públicamente incitare a la violencia colectiva contra grupos de personas o instituciones, por la sola incitación."
El sindicalista de mayor antigûedad en la provincia ha tenido otros exabruptos con consecuencias similares. En 2012, el también licenciado en economía, debió dictar clases de matemática y contabilidad en la escuela María Saleme de Bournichón para evitar el juicio.
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Como no han pasado más de ocho años de la última probation, esta vez no podría acogerse a la alternativa que prevé el Código Procesal. Por esta razón, la situación de Daniele es complicada y, posiblemente, también el de la ciudad. No debemos olvidar que en el discurso del martes pasado también se vaticinó que, en poco tiempo, "la ciudad va a ser un quilombo".