Tras el debate por su expulsión en la Comisión de Asuntos Constitucionales, Julio De Vido reapareció en el Congreso para participar en la audiencia pública en la que se debate sobre las represas en Santa Cruz.
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El ex ministro kirchnerista se sentó al lado de Guillermo Pereyra, el senador neuquino y titular del gremio de los petroleros. En la audiencia, De Vido habló después de otros oradores como el ministro de Energía, Juan José Aranguren, y el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman.
Horas antes, el diputado se defendió de las acusaciones, a través de un mensaje en su cuenta de Facebook. Consideró de "insanablemente nulo" el proceso en su contra, dijo que "claramente responde a una instrucción de (Mauricio) Macri" y acusó a quienes impulsan su expulsión de buscar "montar un escrache fascista a pocos días de las elecciones legislativas".
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Por su parte, su ex compañero de gabinete, Florencio Randazzo, le metió presión al afirmar que, en su lugar, él "daría un paso al costado, una licencia sin goce de sueldos". En diálogo con Radio Mitre, el precandidato a senador nacional señaló que se presentaría en la Justicia, "como cualquier hombre público", y que daría explicaciones por los medios.