Julieta Jaime es una de las tres hijas de Ricardo Jaime, el ex secretario de Transporte del kirchnerismo que mañana recibirá la condena en el juicio oral y público por la Tragedia de Once.
El cordobés está procesado por el delito de enriquecimiento ilícito y la justicia cree que para ocultar el exorbitante aumento de su patrimonio, utilizó como testaferros a familiares y amigos, entre ellos a la joven.
El fiscal Carlos Rívolo pidió el procesamiento de Julieta después de un trabajo realizado por la Dirección General de Asesoramiento Económico y Financiero de la Investigaciones de la Procuración General de la Nación (DAFI).
En el estudio, encontraron inconsistencias en un préstamo con el que la hija de Jaime intentó justificar sus ingresos para comprar una casa en Carlos Paz. Según la joven, el dinero se lo prestó, en 2007, Clemente Baldi, el padre (ya fallecido) de la abogada Mariela Baldi, amiga de su padre. Como el prestamo fue en efectivo, el ex funcionario debió haberlo reportado pero no lo hizo. También se determinó que Clemente Baldi estaba calificado como deudor con alto riesgo de insolvencia y no tenía actividad comercial registrada.
Además, la DAFI descubrió "errores" en los ingresos que declaró Julieta. Por ejemplo, que dos empresas que ella dijo que le pagaban un sueldo no la tenían registrada como trabajadora. Y la otra sorpresa fue el hallazgo de una moto de agua con motor Rotax a nombre de la hija de Jaime. Apareció un papel que señala que fue comprada por el ex secretario de Transporte.
Por todo esto, el fiscal sostiene que Julieta actuó como partícipe necesario para disimular el incremento patrimonial de su padre ya que no tenía ingresos suficientes para adquirir los bienes declarados como propios. Por eso, le pidió al juez Sebastián Casanello que la procese como testaferro de su padre.
Fuente: Infobae.