José López sostiene su celular en la mano y está sacando una selfie. Sentado junto a él está una mujer (que sería su esposa) y detrás de ellos dos de las religiosas del convento de General Rodríguez, donde el ex funcionario kirchnerista fue detenido cuando intentaba esconder casi 9 millones de dólares. En la mesa hay una torta y todos sonríen.
La foto fue encontrada ayer por el juez Daniel Rafecas en la inspección que realizó en el lugar. Es una de las pruebas que acumuló el magistrado y que comprueban el vínculo de años entre el ex secretario de Obras Públicas y el monasterio a cargo del fallecido obispo Rubén Di Monte, a quien también se lo ve en la imagen.
Hoy declararó ante Rafecas, Jesús Ojeda, el vecino que llamó a la Policía para avisar que un hombre estaba tirando bolsos adentro del convento. Para mañana viernes, fueron citadas dos de las cuatro monjas que estaban esa noche en el lugar.
Mientras tanto, el 5 de agosto es la fecha de la próxima citación para López. Según su nuevo abogado, Fernando García, "dirá algo". Además, confirmó que el detenido ex funcionario de Cristina Kirchner está "convencido que había un seguimiento ilegal desde una parte de los servicios de inteligencia".