Por decisión de la sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal, Lázaro Báez no podrá recuperar la libertad. Dos de los tres miembros del tribunal consideraron al recurso presentado por sus abogados como "inadmisible" y apoyaron la detención ordenada por el juez Casanello.
Mientras tanto, trascendió información sobre la intimidad del empresario K. Acusado de evasión y lavado de dinero, pasa su primer mes en la cárcel de Ezeiza alejado de los lujos que supo amasar gracias a "la ruta del dinero K" y rodeado de silencio.
"No ha recibido más que las visitas de tres amigos", describió un informe de la agencia Télam. "Ni siquiera lo visitan los tres días de la semana que están destinados a recibir visitas, sino que se turnan".
"Lázaro Báez pasa sus días en silencio, sin hablar con sus compañeros de pabellón".
A diferencia de otros presos de baja conflictividad, Lázaro no se queja de la comida y come lo que se prepara para todos. Luego, en lugar de salir a ver el sol al patio del penal, pide que le abran el pabellón para recluirse a dormir la siesta. "Pasa sus días en silencio, sin hablar con sus compañeros de pabellón, respetando su rutina de siesta y sin indicios de depresión", amplió el medio oficial.
La celda, de apenas 7.5 metros cuadrados, posee una cama, escritorio, inodoro y lavabo antivandálicos. Por supuesto, no tiene televisión ni radio, pero también se niega a leer libros. Su campera de varios miles de pesos quedó en le pasado: apenas intercambia tres joggins, dos remeras, un buzo y zapatillas sin marca.
"No se quebró nunca, no se lo ve deprimido, ni afligido, y eso llama la atención", detalló la fuente de la penitenciaría consultada por Télam. Todo cambia cuando llegan sus abogados. Ahí, el silencio le da paso a largas charlas para definir la estrategia de defensa. "Todos los días algún abogado va a verlo. Tienen un margen horario de 8 a 20 horas para visitar al detenido en la prisión".