"Están por todos lados en esas estancias. Yo mismo los hice", asegura el hombre que construyó entretechos, paredes dobles y cuevas en "La Julia Río Bote" y "Cruz Aike", dos de las estancias de Lázaro Báez en Santa Cruz que fueron allanadas por la Justicia.
El obrero no quiere dar su nombre por seguridad. Pero aportó los planos de estos lugares ocultos que el empresario kirchnerista mandó a construir en sus propiedades. La sospecha de los investigadores es que serían las famosas "bóvedas" donde guardaban el dinero.
"Trabajo como albañil y carpintero, y conozco cada milímetro de esas dos estancias", aseguró al enviado especial del diario Clarín al sur del país.
Cruz Aike es la única estancia de Lázaro que se ve desde la ruta, tiene 10 construcciones, entre ellas, una casa principal, casa de huéspedes y varios galpones. Es una propiedad que parece prácticamente de colección y, por ejemplo, la parrilla de acero inoxidable nunca fue usada.
Allí trabajaron las retroexcavadoras porque descubrieron tierra removida tapada por piedras. El fiscal Guillermo Marijuan quiere saber si hay plata enterrada producto del lavado de dinero, que provendría de sobreprecios en la obra pública.
Según el albañil, Cristina nunca fue a las estancias, pero Néstor Kirchner sí. Para el hombre, "La Julia" es la estancia clave ya que, tras la muerte de Néstor, hubo muchos cambios, entre ellos, fue "cercada, iluminada y protegida con alarmas por todos lados".
"En estos lugares me hicieron modificar ventanas, puertas y el hogar a leña. En varios de los ambientes también había entrepisos realizados por otros albañiles, y huecos que fácilmente se pueden tapar para que pasen inadvertidos como si se tratara de las paredes originales. Si Báez guardó plata en algún lado, es ahí. En Cruz Aike no hay nada", aseguró el hombre.
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