No se modificarán leyes vigentes ni se aplicarán nuevas, pero la reforma que el macrismo encará en las tareas de Seguridad Interior será profunda: se aplicarán una serie de medidas para combatir al crimen organizado por aire, tierra, agua y el ciberespacio.
En lo organizativo, se reforzará la unidad entre las tres ramas de las fuerzas armadas y el Estado Mayor Conjunto tendrá más atributos. El cordobés Oscar Aguad, ministro de Defensa, podrá dictar decretos o resoluciones para ejecutar los cambios, según informó Clarín.
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Conceptualmente, cambiará la concepción del enemigo: ya no se esperará un ataque extranjero, sino que se prepararán las fuerzas para enfrentar una guerra o amenazas "híbridas" de un adversario que se adapta y emplea armas y tácticas convencionales e irregulares, como el terrorismo. En este sentido, los militares custodiarán puntos claves como represas, centrales nucleares y fronteras del Atlántico y la Antártida.
En cuanto al armamento, se incorporarán armas no clásicas: adquirirán desarrollos en robótica, nanotecnología, sistemas aéreos no tripulados, munición y misiles inteligentes, posicionamiento satelital y cibertecnologías. Los convenios para compras y cooperación serían con países como Israel, Estados Unidos o China.
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Para cumplir estos objetivos aumentará el presupuesto: en 2019, podría aumentar hasta un 1 por ciento del PBI y llegar al 1,3 puntos.