Después del recorte a los municipales, la decisión política de la gestión de Martín Llaryora es avanzar con ajustes en choferes y recolectores de residuos.
En el Palacio 6 de Julio adelantaron que se estudian cambios que podrían impactar en los otros dos gremios de competencia municipal: la UTA y el Surrbac.
Por ahora, no hay ningún tipo de precisiones sobre el alcance de esas decisiones.
La UTA se encuentra de paro ante la falta de pago de sueldos por la decisión del Gobierno nacional de no adelantar subsidios a las empresas de transporte, cuya recaudación se desplomó con el aislamiento.
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En la Municipalidad de Córdoba creen que en Olivos concentran las energías para que el transporte funcione en Capital Federal y Gran Buenos Aires y dejan librado suerte al resto del país.
El Surrbac está cada vez más complicado en su frente judicial, en especial porque uno de sus máximos dirigente, Pascual Catrambone, vuelve a la cárcel por la causa de lavado de dinero y estafas, agravado por la acusación de violencia de género.
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En el caso del conflicto con el Suoem por los recortes, los funcionarios municipales sostienen que será de largo alcance y creen que el gremio no irá sólo por las protestas sindicales tradicionales o la vía judicial sino que llevará la disputa por otros carriles.
En el entorno de Llaryora repiten que no hay chances de volver atrás con los recortes de horas y salarios dispuestos por ordenanza y que era la única salida para que la Municipalidad pueda prestar servicios básicos.
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