Mossad, el servicio secreto de Israel, realizó una investigación que demostró que los ataques terroristas a la AMIA y a la Embajada de Israel fueron realizados por una unidad secreta de Hezbolá. Revelaron además que los agentes “no fueron instigados” por argentinos ni recibieron la ayuda de Irán.
Los datos, que fueron publicados por The New York Times, describen cómo se planearon y hasta cómo ingresaron los explosivos en botellas de shampoo y cajas de chocolate a Argentina. Otro punto revelador destaca que no hubo participación de funcionarios locales y ciudadanos que hayan sido cómplices.
Atentados
El primero fue en 1992 contra la Embajada de Israel y dejó un saldo de 29 personas muertas. El segundo, en 1994, fue contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y mató a 86 personas, entre ellos el atacante. Fue considerado uno de los crímenes antisemitas más mortíferos desde la Segunda Guerra Mundial.
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Ambos fueron llevados adelante por Hezbolá y, según reveló el Mossad, habrían sido en venganza por las “operaciones israelíes contra la milicia chiíta en el Líbano”. Desde la entidad también dijeron que utilizaron infraestructura secreta construida en Buenos Aires y otros lugares de América Latina.
Contrabando
Los estudios realizados revelaron que los explosivos entraron a Argentina en botellas de shampoo y cajas de chocolate a través de vuelos comerciales que llegaron al país desde varios países de Europa. Los escondieron en un parque de Buenos Aires hasta el ataque.
En tanto, los productos químicos con los que se fabricaron las bombas se adquirieron en una empresa comercial utilizada como “tapadera” para las operaciones de Hezbolá en Sudamérica.
+ IMAGEN: atentado a la AMIA en 1994:
Responsables
Viven en el Líbano. No fueron llevados a la justicia pero se emitieron alertas de Interpol para dar con dos de los acusados, identificados por el Mossad como agentes libaneses de Hezbolá. Hay una tercera persona involucrada. Imad Mughniyeh, jefe de la unidad que llevó a cabo los ataques, murió en una operación en 2008.
Conclusiones
El Mossad basó su informe en los testimonios de los agentes, de los sospechosos y de las escuchas telefónicas. Para el ente, Hezbolá tiene unidades encubiertas en todo el mundo.
En el expediente están los pasaportes falsificados y los datos reales de los agentes. Eso sirvió para demostrar que un agente de Hezbolá compró la camioneta que se usó en el ataque en Buenos Aires con un pasaporte brasileño falsificado.
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Para el Mossad, como la red de Hezbollah “no fue expuesta ni neutralizada” llevaron a cabo “un ataque aún más mortal” dos años después.
Participación argentina
Si bien hubo denuncias que indicaban que funcionarios argentinos estuvieron involucrados, el Mossad no encontró pruebas que lo demuestren. “Solo los operativos de la unidad de operaciones exteriores de Hezbolá participaron en los ataques, sin ninguna participación de los ciudadanos locales”, expresaron.
A su vez, citaron hallazgos del fiscal Alberto Nisman que demostraban que Teherán aprobó los ataques. Argentina, Israel y Estados Unidos acusaron a los funcionarios de la embajada iraní en Buenos Aires de colaborar con los ataques tanto en lo material como en lo organizativo. Teherán negó las denuncias.
La investigación del Mossad no descrubió implicancias por parte de Irán en los atentados. Sin embargo, Sebastián Basso, jefe de la investigación del ataque en Argentina, insiste en que Irán “fue el autor intelectual” de la operación.