La sugerencia del COE para que varias localidades de Córdoba bajen la circulación de gente y, para eso, den marcha atrás con algunas flexibilizaciones, recibió amplio rechazo. Entre los intendentes que rechazan esa posibilidad está Marcos Ferrer, de Río Tercero.
En Arriba Córdoba, el dirigente radical confirmó que no pondrán en práctica el pedido del Comité de Operaciones de Emergencia, que días atrás perdió peso en la lucha contra la pandemia: sus medidas pasaron de ser de aplicación directa a simples "recomendaciones".
"La situación sanitaria de Río Tercero no lo amerita", dijo Ferrer, y marcó que "algunos parámetros son discutibles". "Como la duplicación de casos: no es lo mismo duplicar de 2 a 4 que de 200 a 400. Y si hoy tenés 5 casos positivos, es muy probable que mañana tengas 20 por el grupo familiar. Lo importante es ver la trazabilidad y si hay circulación comunitaria", explicó.
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Además, planteó que una medida así sería insostenible para algunos sectores: "El sector gastronómico está muy golpeado. Nos da apuro tener que volver la actividad para atrás y no detectamos en ningún momento que los contagios se hayan producido ahí". De todas maneras, Ferrer aclaró que "esto no quita que en algún punto tengamos que restringir actividades".
"Confiar en el ciudadano"
El intendente planteó como factor clave la responsabilidad de la gente, sin necesidad de que el Estado esté controlando todo el tiempo. "Cuando apareció el SIDA el mundo tuvo que acostumbrarse a convivir con el virus y adoptar nuevas medidas de cuidado. Esto va a cambiar nuestra forma de vivir, hay que cambiar la mentalidad y confiar", comparó.
En ese sentido, celebró "la postura del gobernador de transferirle a los intendentes la responsabilidad de tomar decisiones" y admitió que ante la capacidad de contagio del virus hay que "aceptar que probablemente nos toque contagiarnos".
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