Se celebró como un campeonato de fútbol. Como un logro histórico. Como si llegase una innovación del primer mundo. Ocurrió esta semana entre Buenos Aires, el sur de Córdoba y San Luis, con la rehabilitación del ramal que en una época unía Capital Federal con Mendoza. Por ahora, es sólo Buenos Aires-Justo Daract, en el este de San Luis.
Pero la fiesta es poco entendible si se repasa que el tren le puso entre Retiro y Daract apenas 15 horas. 15 horas para hacer 600 kilómetros, lo cual da una velocidad promedio de casi 40 kilómetros por hora.
(Foto: Así recibieron el paso del tren en Laboulaye)
A principios del siglo 20, los trenes de pasajeros cruzaban casi toda la Argentina a una velocidad promedio que rondaba los 100 kilómetros por hora.
En Córdoba tenemos varios ejemplos de hace tiempo. El viaje de la Estación Mitre a Retiro en Buenos Aires, de 700 kilómetros, insume unas 19 horas. Esto es 36 kilómetros por hora.
Pueden parecer muy veloces si se los compara con el Tren de las Sierras que le lleva 3 horas para hacer Alta Córdoba-Cosquín, que son unos 50 kilómetros. O sea, 16 kilómetros por hora.
Odiosas comparaciones
En Arriba Córdoba, hicimos algunas comparaciones de qué significan estas velocidades del siglo 19 en pleno siglo 21.
Por caso, un ciclista profesional puede rodar en ruta a una velocidad promedio de 45 a 55 kilómetros por hora.
Un amateur lo puede hacer en terreno llano de 25 a 30 kilómetros. Un poco más o un poco menos, de acuerdo al entrenamiento.
Un corredor profesional disputa una carrera pedestre en torno a los 20 kilómetros por hora mientras que un runner amateur lo suele hacer a 10 o 15 kilómetros por hora.
O sea, en todos estos casos van a velocidades superiores o parecidas a la de los trenes argentinos.
Si se tiene en cuenta que una caminata normal se hace a 4 kilómetros por hora, la ventaja que le saca el tren al famoso “paso de hombre (o de mujer)” no es demasiada.
+ VIDEO: Los trenes argentinos más lentos que un ciclista