Aunque la postal que define a la Selección Argentina se centra en la consagración en la final de la Copa América en Estados Unidos, muchos hinchas argentinos la pasaron mal en la previa del partido en el Hard Rock Stadium de Miami. Gente sin entrada y fallas en el operativo de seguridad derivaron en serios incidentes que obligaron la demora en el inicio del encuentro.
Dentro de los miles de simpatizantes que tuvieron que esperar horas para ingresar al estadio se encontraba Jimena Barón y su hijo Momo. Aunque ambos fueron invitados al evento por una reconocida marca de desodorantes, también sufrieron en carne propia el desmadre que se vivió en la previa del cruce.
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“Fue terrible, casi no entramos. Intentándolo me agarró un policía que me dejó todo el brazo marcado, Momo llorando. El corazón en la boca. Momo se quería ir. Yo iba a entrar, íbamos a entrar. Finalmente después de casi 3 horas lo logramos. Vimos la entrada en calor en la cancha, Momo seguía medio en pánico no podía sonreír”, contó en sus redes sociales.
“Los asientos estaban ocupados por gente que se coló. Ahí no sé cómo subí a Momo a caballito (pesa ya 36 kilos) y empecé a los gritos, pero gritos tipo loca pidiendo que se corran y pisando gente con Momo por el aire. No sé cómo llegamos al asiento”, añadió a su relato.
Una vez en sus ubicaciones en el Hard Rock, Barón y Momo recibieron insultos de los hinchas colombianos. “El ambiente era muy colombiano, eran mayoría, nos decían barbaridades”, recordó.
En la misma línea, subió una historia explicando lo sucedido. “Gracias a todos los que se preocuparon. Fuera de joda, nos asustamos mucho. Momo se quería ir porque tuvimos una situación con la policía, que me agarraron a mí y me empujaron. Le dije que se calmara, que todo iba a estar bien pero en realidad no sabía qué iba a pasar”, escribió.
Y agregó: “Íbamos a entrar y a ganar pero no sabía cómo. No subí nada ayer porque fue mucho todo. Qué bronca la organización y la gente que pagó, viajó y tuvo que pasar por todo lo que pasó o que ni siquiera pudo entrar”.
La seriedad de los incidentes no quita que Jimena y su hijo Moro hayan vivido una gran experiencia de ver campeón a la Scaloneta. Un placer que no está al alcance de la mano para cualquiera por más costumbre que se esté haciendo.