Guido Kaczka vivió un desagradable momento en vivo. El conductor, acostumbrado a las sorpresas en Los 8 Escalones, jamás imaginó que iba a tener que enfrentarse... ¡a un frasco lleno de insectos!
Evangelina Anderson, una de las jurados, decidió llevar al programa un “snack” muy poco convencional, el cual adquirió en su última visita a México.
“¿Comiste alguna vez un chapulín?”, le preguntó Evangelina con picardía al conductor . “¿Qué es un chapulín? ¡Ah, un grillo!”, respondió Guido, entre sorprendido y tenso, al darse cuenta de lo que estaba a punto de pasar.
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“Tienen patitas, alitas, antenas”, dijo otro de los jurados. Ante semejante descripción, Guido soltó con sinceridad: “Me parece que no quiero”.
Aún así la presión social pudo con él . “¡Probalo, dale! ¡Animate!”, lo alentó Evangelina. Y entonces, contra todo pronóstico, Guido cambió de opinión: “¡Ah! Me gusta. Está para mandarse un par”, dijo mientras tomaba un puñado de chapulines.

Pero el entusiasmo duró poco y el rostro de Guido se transformó en una mueca de asco.
“Es muy malo el final. Arranca bien, termina horrible. No, no, es la película que te defrauda a lo último. ¡Es horrible a lo último! ¡Malardo!”, dijo arrepentido Guido.