La plataforma Netflix estrenó la serie El Eternauta, una adaptación audiovisual de la icónica historieta de Héctor Germán Osterheld y Francisco Solano López, que rápidamente se posicionó como una de las más vistas a nivel mundial.
Entre los talentos que hicieron posible esta producción, destaca el cordobés Nicolás Brondo, un historietista con una extensa trayectoria en la escena nacional.
Nicolás, quien vive de los cómics desde 2005, ve en la serie una oportunidad para que se valore y crezca la historia argentina y cordobesa, que tiene una gran riqueza y producciones de altísimo vuelo. Su participación es un testimonio de la riqueza creativa que emana de Córdoba.
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La producción audiovisual, dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín, generó un gran impacto. Pero, ¿cómo llegó Nicolás a formar parte de este proyecto?
“Es muy loco cómo me convocaron”, relató a ElDoce.tv. “Fue a través de Manta, una historieta que yo dibujo, escrita por Johnny Crenovich y Martín Mazzeo y publicada por La Bestia. Celeste Méndez, de la producción, buscaba a alguien para los figurines del vestuario al estilo cómic y, al ver Manta, me contactó”.

Así, Nicolás se convirtió en el dibujante de los figurines del vestuario, bajo la dirección de Patricia Conta, quien hizo los diseños. “Patricia me mandaba fotos, descripciones y referencias de las prendas”, explicó y detalló: “Yo armaba el dibujo con lo que ella me mostraba, para tener una referencia para el armado final”.
Para él, como todo historietista, El Eternauta ocupa un lugar especial. “Desde 2005 que estoy laburando sin parar en historietas. Que me contacten por medio de una historieta es increíble”, subrayó.

El trabajo fue ágil y profesional. “Con Pato laburábamos muy rápido, todo por WhatsApp”, recordó y explicó: “Los tiempos en cine son tiranos, así que tenía que responder al toque”.
Aunque es la primera vez que trabajó en cine, Nicolás destacó la profesionalidad del equipo. “Fue sumamente profesional. El trato estuvo muy bien y me pagaron bien a tiempo. No me puedo quejar de nada”, concluyó.