Entre llantos y miradas de agradecimiento, el estudio de Buenas Noches Familia se tiñó de dulzura en la noche de este viernes. La responsable de este fenómeno fue María Rosa, una cordobesa que a pesar de los golpes de la vida supo seguir su camino con gracia y simpatía.
“Ella y su esposo quedaron prácticamente en la calle. Te ha pasado de todo por lo que leo acá. Ustedes cantan juntos y venden limones”, la presentó Guido Kaczka.
Al escuchar estas palabras la mujer se quebró. Al ver lo conmovida que se encontraba el conductor prefirió dejarla cantar y hacer una pausa antes de las preguntas.
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Fue allí cuando dejó embelesados a todos con su voz, mientras su hijo la acompañaba con el teclado. De esta manera, entre canción y canción, María Rosa fue contando a bocados algunos de los aspectos dolorosos de su vida.

Más adelante informó que fue a participar al programa para conseguir dinero para pagar los medicamentos de su tratamiento, ya que se encuentra atravesando una grave enfermedad. “La vida es tan corta y el presente es ahora”, reflexionó en una frase que se transformó en una verdadera invitación a disfrutar cada día.

Luego contó que años atrás perdió a una de sus hijas, Monserrat. “Ella es nuestra guardiana, nos cuida desde el cielo”, agregó con una mirada de fe.
Por último, terminó bailando una canción lenta junto a Guido quien no pudo evitar emocionarse al escuchar su relato.
De esta manera, María Rosa se robó el protagonismo de la noche, al punto que la gente la recompensó en grande con 27 millones de pesos.