La última vez que Jaime Roos pisó suelo cordobés fue junto a Peteco Carabajal en el 2012 en el extinto Orfeo. El cantante y músico uruguayo tiene muchos amigos en nuestra tierra y a lo largo de su vida se tomó el tiempo para conocer los secretos de este lugar donde siente que sus canciones “son comprendidas” y cuando habla de compresión se refiere a “cada nota, cada palabra, se puede decir que (sus canciones) son tomadas con el tono exacto”.
- Hace mucho tiempo que no viene por Córdoba
-Lo que sucede es que estuve seis años y medio sin tocar, no solamente en Argentina, sino en la vida. Mi último show fue en el 2015 y recién en diciembre de 2021 volví al Estadio Centenario de Montevideo con mi nuevo espectáculo. Este período tan prolongado con respecto a Córdoba fue con respecto a todo en general.
- ¿Qué es lo primero que piensa cuando le nombran a Córdoba?
-Mis amigos cordobeses de París, mis amigos más íntimos. Fueron mis hermanos en el momento de llegar a Europa, yo tenía 21 años y a través de ellos me fui sumergiendo en el universo cordobés, por supuesto que su forma de hablar, pero no solamente eso, sino en todas las historias, en toda la esencia. Y así me fui dando cuenta que somos afines, nos entendemos muy bien los montevideanos con los cordobeses. Tuve la suerte de conocer Córdoba y tocar muchas veces allí. Siento que mis canciones son comprendidas en toda la Argentina pero muy particularmente en Córdoba. Cuando hablo de comprensión es cada nota, cada palabra es tomada con el tono exacto. Es muy importante para un artista sentirse comprendido.
- ¿Montevideo es parecido a Córdoba?
-Bueno, desde el punto de vista geográfico, no son ciudades parecidas. Córdoba es una ciudad y es una provincia particularmente bella, es serrana. En cambio el Uruguay, a nivel de su campo es una pampa verde donde el cerro más alto tiene 400 metros y tiene una costa que parte al Río de la Plata, es un país que tiene mucha relación con el mar, Montevideo nació del puerto claro.
Ahora, desde el punto de vista humano, ahí entramos a hablar de otra cosa y ahí es donde yo siento que hay una forma de ser parecida. También tiene que ver con el tamaño de estas ciudades con un millón y pico o dos millones de habitantes, que a mi modestisimo entender es la cantidad de habitantes ideal para una ciudad porque menos de un millón ya se convierte en una ciudad más provinciana y más de 2 millones de habitantes ya se convierten en una metrópolis aplastantes. O sea, creo que estamos con una buena cantidad de habitantes para ser una ciudad de verdad y al mismo tiempo no perder la humanidad.
- ¿Cómo es el espectáculo que presentará en Córdoba el próximo 1 de julio en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina?
- Estuve con distintos shows y distintas integraciones pero ahora vamos con esta banda que se llama La Banda Completa, somos una de la bandas más numerosa que he tenido en mi vida. Es un espectáculo musicalmente muy ensayado, muy trabajado y tengo muchas ganas de presentarlo para la audiencia. Cordobesa.
- ¿Este show no es una despedida de Córdoba?
- No pienso jamás en esa palabra. No puedo responder algo que no dije ni siento. Voy a cumplir 70 años en dos meses y es un montón de tiempo. Muchas veces se siente que este tipo de giras se pueden parecer a eso que se llama “temporada de despedida”. Es natural, es como los jugadores de fútbol, hay un momento en que las piernas no dan o que la garganta no da, y está muy bien retirarse a tiempo en plenitud. En mi caso, tengo la suerte, por una cuestión genética o porque jamás fumé, que puedo seguir cantando normalmente y físicamente. Arriba del escenario me siento como si tuviera 40. De ninguna manera pienso en una despedida porque además, produce un sentimiento dramático, eso de decir que es la última vez que voy a tocar o la última vez que me van a ver, está teñido de un gusto a muerte. Quizás sea la última vez, pero lo mismo puede ser un músico que tiene 40 años y que digamos, desgraciadamente, el destino le juega una mala pasada y tiene un accidente. No es algo que uno pueda manejar. Ahora, desde el punto de vista de mi voluntad, de ninguna manera estoy pensando en hacer una gira de despedida.
- Si pudiéramos hacer un análisis de ADN de Jaime Roos, ¿qué encontraríamos además de murga, fútbol y los Beatles? ¿Está Argentina también?
- Todo eso que dijiste. Yo soy hijo de inmigrantes, mi padre era francés, por el lado de mi madre, es una mezcla de libaneses cristianos y criollos porque mi madre venía del interior. Ahora yo nací en el barrio sur de Montevideo, que es un lugar muy céntrico que queda a 100 m del agua del Río de la Plata. Es una cruza de culturas como la Afro Uruguaya, mucha inmigración judía,posterior a la guerra y mucho criollo de clases bien populares. Muy cerca del centro de la ciudad vieja es una encrucijada el lugar donde nací. Y además, era una época en donde el barrio, la escuela, la vereda, era todo lo mismo, una sola unidad. Entonces si vos hablás de ADN, tengo el ADN de inmigrantes pero al mismo tiempo de montevideano de pura cepa. Estoy muy identificado desde mi infancia con la música de la ciudad, con el candombe, con la murga, yo tenía un tablado de carnaval a la vuelta de la manzana, no tenía ni que cruzar la calle para ir. Los tambores de candombe desfilaban por la esquina de mi casa cada dos o tres días.
Hay gente que nace para jugar a la pelota y otro que nace para ser carpintero, yo desde muy chico era músico. Hubo un momento en que me di cuenta que era tan importante para mí el jazz o el tango de Piazzola, como la música de los Beatles, que era mi religión. En mi generación había una dicotomía en donde el rock, el jazz, era la música y la música del barrio era algo que era bonito, pero que no entraba dentro de los planes de una carrera artística. En mi caso, desde muy pibe fusioné eso de una manera espontánea. Yo me podría haber dedicado a una carrera en el Conservatorio Nacional, a la música clásica o podría haber emigrado a Europa a ser músico de jazz. Pero elegí dedicarme a la canción popular, que es una intersección de la música con la literatura. La canción no es música. Cuando te dicen qué buena la letra de tal canción, no se están equivocando, si te gustan las canciones es porque la letra y la música funcionan bien.
- ¿Hay músicos o artistas que en la actualidad se transformen en religión como le pasó a usted con The Beatles?
Hoy no hay Beatles. Quizás dentro de 10 años los habrá. La historia del arte son mareas y contramareas. Es muy difícil hablar de esto pero hay algo que está claro que es esa efervescencia y ese siglo de las luces a nivel de la música popular, si pensas en Atahualpa Yupanqui, en Aníbal Troilo o en Astor Piazzolla, o en Violeta Parra o en músicos que todavía están vivos como Chico Buarque en Brasil. Pero dónde está el jazz de Mile Davis, John Coltrane o Charlie Parker. Hoy no están pero vivimos un siglo de las luces a nivel de la música popular, en donde todavía quedan algunos que ya se están apagando. Está claro que estamos en un impás.
Yo no pierdo de ninguna manera la confianza en la especie humana, he podido observar estudiando la historia del arte que hay mareas y contramareas, que va y viene pero cuando menos lo esperas, aparece Van Gogh atrás de la puerta.
+ VIDEO: La entrevista a Jaime Roos con inteligencia artificial: