La venganza ha cobrado magnitudes enormes y desde el capítulo anterior es una realidad y está pasando. Bruno se encargó de desenmascarar a Torcuato en el mitín del Jockey Club, mientras Lucía armaba sus valijas para fugarse y la banda llevaba a cabo un nuevo robo en la mansión Ferreyra.
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Ante los hechos y en pleno shock, Torcuato finalmente logró ver todo con claridad. Que el responsable de los robos y amante de Lucía, es ni más ni menos que su más íntimo enemigo desde hoy.
Las cosas no salieron como Ferreyra esperaba en el Jockey Club y por eso fue que regresó antes a su hogar, donde aún se encontraba Lucía a punto de huir. Allí la interceptó y le explicó su versión de los hechos, haciéndole entender que ella es sólo un elemento más de la venganza de Bruno.
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Con una Lucía atónita, Torcuato abandonó la casa y desesperado fue por todo para no perder su integridad. Sedujo con un beso al juez Iturbide, para que no lo deje sólo y lo ayude con un conflicto judicial que es inminente.
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