Casi ocho meses después de su separación de Angelina Jolie, Brad Pitt reconoció que su adicción al alcohol terminó con uno de los matrimonios más queridos de Hollywood.
"Dejé todo excepto la bebida cuando formé mi familia", confesó el actor en una larga entrevista con la revista GQ Style, la primera que concedió desde su controvertido divorcio.
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El estadounidense señaló que llegó a ser todo "un profesional" a la hora de beber, aunque en un momento que decidió que no podía "seguir viviendo de esa manera".
"Bebía mucho. Se convirtió en un problema. Estoy realmente feliz de que haya pasado medio año (sin beber), lo cual es agridulce (por lo ocurrido), pero vuelvo a tener el control de mis acciones", comentó Pitt.
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El ex de Angelina aseguró que ahora cambió el alcohol por agua y jugo de arándano y que lo ayudó la terapia. "Para mí este periodo ha consistido en reparar en mis debilidades y mis fracasos, y asumirlos", valoró.
Brad también reconoció que era "muy triste" seguir habitando en su residencia de Hollywood, donde vivía con Jolie y sus seis hijos, así que decidió mudarse a casa de un amigo en Santa Mónica (California).
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Por último, el actor confirmó que están tratando de llegar a un acuerdo con su ex esposa por la custodia de los niños. "Me preocupa que ellos sean el foco de atención de todo esto, y me preocupa que cuando se hable al respecto se haga sin delicadeza o conocimiento, porque se hace así para vender. Lo sensacionalista es lo que vende. Se exponen a eso. Y me duele", afirmó.