Los martes a la noche en Güemes son casi como viajar en el tiempo a los años 30. En Chilli, un bar muy colorido, ubicado sobre calle Fructuoso Rivera, un grupo de cordobeses -cada vez más numeroso- se junta a escuchar y bailar swing.
Este estilo musical apareció en pleno período entreguerras, donde la gente necesitaba divertirse y desconectarse de las preocupaciones. Unos años más tarde, la irrupción del rock and roll hizo que poco a poco el swing vaya perdiendo popularidad. Pero de un tiempo para acá, ha resurgido en todo el mundo como una actividad de encuentro para conocer gente nueva y mover el cuerpo. ¡Córdoba no podía quedarse afuera!
+ MIRÁ MÁS: El imitador de Michael Jackson, de la peatonal a los escenarios
Quienes lo empiezan a bailar se sienten atraídos por su música, la energía de sus pasos y hasta por el look. Los bailarines siguen el ritmo que se mezcla entre las melodías afroamericanas, el lindy hop y el charlestón. Se baila en pareja y, cómo en el tango, uno es líder y el otro es follower (seguidor), aunque sin importar el sexo de cada uno.
“La gente iba a lugares donde una banda tocaba y se bailaba al ritmo de esa música, como hacemos en nuestros bailes de cuarteto en Córdoba”, explica Mariana, cantante de la banda “A la Par”, que cada martes le pone ritmo a los encuentros. “El paso básico lo sacás en una clase, porque es casi como una caminata”, promete Gastón, uno de los profesores a cargo del ciclo en Chilli.
Todos los martes a las 20.30. La clase inicial es gratuita para quienes quieran sumarse, no importa si vas solo o acompañado. Un par de zapatillas y ropa cómoda son suficiente porque allí lo que prima es la buena onda y las ganas de pasarlo bien.
+ VIDEO: ¡Tomá nota!