La vocación se le despertó a muy temprana edad, tal vez viendo alguna película de Leonardo Favio, uno de sus grandes referentes en el cine. Su debut fue en el teatro con “La lección de anatomía”, hace más de 40 años. Hoy, con 64, Daniel Fanego es uno de esos actores que papel que encare, sea protagónico o una participación especial, siempre estará bien. Más que bien. Gran constructor de personajes, su voz profunda lo ayudó a llevar adelante con eficacia, roles oscuros o misterioso, pero siempre con diferentes matices.
En Desertor, película del director cordobés Pablo Brussa y aún en cartel, Fanego es un ermitaño que está –aparentemente- involucrado en la desaparición de un militar en pleno desierto de las Minas de Paramillo, cerca de Uspallata en Mendoza. Su papel es clave en el desenlace de una historia que lo tiene al mendocino Santiago Racca como protagonista. Actor también de la compañía Fuerza Bruta, Racca interpreta al hijo que sale en busca de su padre, el supuesto “desertor”.
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La película es una coproducción cordobesa-mendocina donde los gobiernos de estas provincias dieron su apoyo a través de planes de fomento local para el desarrollo del cine. Fanego no disimula su felicidad de que las provincias puedan generar estos proyectos. “Mendoza y Córdoba son la costa oeste nuestra, nuestra Hollywood. Se parecen a California porque acá tampoco llueve mucho (risas) y porque también tenemos grandes directores y actores”, dice.
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De sus últimos trabajos, Fanego brilló (una vez más) en El Ángel, la película de Luis Ortega de gran repercusión nacional y en Festivales como Cannes. “Sin dudas Ortega es uno de los grandes directores de la Argentina”, desliza.
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Y si de bucear en sus trabajos de trata en la película “Todos tenemos un plan”, compartió rodaje en la zona de El Tigre con Viggo Mortensen. Esa se convirtió en la primera y única vez que el hincha más famoso de San Lorenzo trabajó en Argentina. Fanego no tiene más que elogios para el Aragorn de El Señor de los Anillos: “Viggo es una persona increíble, muy culto, un gran compañero de trabajo, la pasé muy bien con él”.
Pero Fanego no la pasó bien estos años de gestión macrista. Según él “fueron 4 años realmente siniestros para el país y para la cultura. Fue una pesadilla”. “Una vez que la elección pasó ahora tenemos que dar vuelta la página y aprender a convivir con las diferencias”, dice y asegura que “depende de cada uno de nosotros que la grieta se cierre”.