Alfredo Espíndola y Norberto Cossutta. Estos son los nombres de los dos jinetes que murieron a lo largo de la última década en las domas del Festival de Jesús María. A raíz de la tragedia más reciente, que tuvo lugar en 2020, surgió la idea de sumar elementos de protección para los competidores: cascos y pecheras.
En diálogo con ElDoce.tv el presidente del Festival, Juan López, confirmó que este año decidieron que su uso siga siendo opcional, al igual que en 2022.
Si bien los traumatismos de cráneo están entre las lesiones más comunes, la resolución fue tomada por la Confederación Gaucha Argentina a raíz de una sugerencia de la Confederación Argentina de Deportes.
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López explicó que los equipos no tienen una homologación a nivel nacional, por lo que la entidad optó por no imponerlos hasta que los estudios estén terminados.
“Usar un equipo que no cumple con las normas adecuadas puede ser más peligroso que no llevar nada”, aseveró el presidente.
Cabe aclarar que los cascos se producen en Europa y cuentan con la homologación de la Asociación Española de Normalización (Aenor). En Argentina, las pruebas están siendo realizadas por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).
Este es el segundo año consecutivo en el que la normativa queda en suspenso. En la edición anterior el Festival encargó la indumentaria pero debió cancelarla porque quedó varada en Aduana.
La postura de los jinetes
En 2022 de los más de 120 jinetes que compitieron en la doma de Jesús María solo uno usó casco. Lo hizo en 8 de las 10 noches.
“Todos se han hecho a la jineteada sin casco”, marcó López y reconoció que han encontrado resistencia por parte de los deportistas al hablar de la nueva implementación. “Muchos referentes lo ven como algo incómodo, pero también sabemos que hay quienes ni los han probado. Hay cierto miedo a lo desconocido”, concluyó.