*Por Paula Fernández
Llegar a Venecia un día de carnaval es mágico. Subís al vaporetto, una especie de colectivo acuático que te lleva a tierra firme, y te predisponés a vivir una experiencia única. De repente, te encontrás en un laberinto que parece no tener salida. Miles de personas de todo el mundo recorriendo la ciudad y eligiendo su máscara preferida. A medida que te acercás a la la piazza San Marcos empiezan a aparecer personajes como Casanova, arlequines, damas con sus elegantes trajes al estilo de la Commedia dell’Arte y mucho más.
Es una verdadera fiesta que atrae a decenas de miles de turistas año a año, con una esencia muy diferente a otros carnavales reconocidos en el mundo.
Elegante, misteriosa, sensual y sofisticada. El detalle de las máscaras y los trajes de época con plumas y telas bordadas te dejan con la boca abierta. Son una verdadera obra de arte. Mires a donde mires te encontrás con personajes que parecen salidos de un cuadro.
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En su origen, en el carnaval de Venecia, la nobleza salía al pueblo a festejar y disfrutar con mayor libertad sin preocuparse por ser reconocidos. De allí surgió el elemento más importante de este carnaval: la máscara, que era la única posibilidad de que ricos y pobres se mezclaran y que por unos días “valga todo”.
Piel de gallina si te encontrás cara a cara en plena calle Larga con este narigón de sombrero negro más conocido como el Médico de la Peste. Sin duda, una de las máscaras más populares. Ese pico le permitía mantenerse lejos del enfermo para no contagiarse y además llevaba adentro una mezcla de hierbas aromáticas para no sentir los malos olores.
Carnaval de selfies
¡Cámaras y celulares por todos lados! La mayoría de los que participan de este carnaval son extranjeros que esperan cada febrero para pasearse por las calles de Venecia con sus trajes y posar en cada rincón para otros turistas que se esmeran por sacar la mejor foto. Es un verdadero festival de selfies y flashes a toda hora y cualquier rincón es el marco perfecto para sacar un fotón.
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Existe otro carnaval paralelo al que muy pocos tienen acceso. Ricos y famosos pagan fortunas por asistir a fiestas privadas y bailes de gala que se hacen en los distintos palacios venecianos.
La única alternativa es desempañar la ventanita de algún palacete, asomarte y espiar hasta que aguantes el frío de esta época del año. Por ahí tenés suerte y podés ver a “la mujer cabeza de barco”.
Imperdibles
Para el almuerzo o la cena viene bien un Spritz, el aperitivo más popular de esta zona de Italia. Una bebida alcohólica de color naranja que tiene varias recetas. Cada local tiene su versión para diferenciarse del resto.
Y no podés dejar de probar la Frittelle di carnevale, una especie de buñuelo a veces relleno, riquísimo, que sólo lo vas encontrar en esta época del año.
Sin duda una fiesta para ir, al menos, una vez en la vida. Visitar Venecia durante el Carnaval es una experiencia única e inolvidable.