Alma llegó a la vida de Flavia Irós para aprender a vivir la vida con más fuerza, sensibilidad y alegría. Hace dos años atrás, aseguró a El Doce: “Alma vino para decirme soy hermosa, no soy síndrome”.
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A través de las redes sociales comparte todos los momentos que atraviesan juntas. En cada postal, deja en evidencia lo compañeras que son y nos contagian con su alegría.
La periodista y locutora siempre cuenta de su experiencia como mamá de una niña con Síndrome de Down con el objetivo de ayudar a otros. Pero en esta oportunidad, hizo su descargo, cansada de las etiquetas y de este mundo tan reacio a naturalizar las diferencias.
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En su mensaje, expresó su bronca y dolor luego de realizar la renovación del certificado de discapacidad de su bella hija de cuatro años. “Me doy cuenta que la felicidad y el agradecimiento que tengo por esta hija, no quita el DOLOR que me causa que me sellen y firmen en la cara, un papel que certifique que mi hija es DISCAPACITADA”, comenzó diciendo.
Inmediatamente, sus seguidores se hicieron eco de su publicación y le expresaron su apoyo y amor en los comentarios. “Hoy solo me preocupo y ocupo por ABRAZAR la discapacidad en su totalidad, para que el día de mañana, Alma y tantos otros niños tengan un FUTURO FELIZ y JUSTO, sin tener que mostrar certificados que supliquen lo que cada uno le corresponde y pertenece”, concluyó.
El texto completo de Flavia Irós en las redes:
Recién vuelvo de renovar el "Certificado de discapacidad" de Alma y me doy cuenta que la felicidad y el agradecimiento que tengo por esta hija, no quita el DOLOR que me causa que me sellen y firmen en la cara un papel que certifique que mi hija es DISCAPACITADA, capaz peco de ignorante y no alcanzo a comprender el término discapacidad en su sentido más técnico, capaz no puedo razonarlo con frialdad científica y cromosómica. Pero de algo estoy convencida y es que a mi manera de ver este mundo y a las personas, un DISCAPACITADO es un ser humano inhabilitado de AMAR, SONREIR Y ABRAZAR... 1.7 de retraso, 2.9 en motricidad y tantos números que llenan casilleros, mientras a mí se me llena la cabeza y el corazón de preguntas que hoy NO puedo responder. Sólo sé que cuando el optimismo me invade puedo autoconvencerme y justificar que son trámites burocráticos para hacer valer sus DERECHOS pero... qué quieren que les diga... DUELE. Ojalá viviéramos en un mundo en el que no fuera ésta la forma para acceder a una vida más digna. Ojalá no hubiera tanto oportunismo ni tantos "vivos" que acceden a derechos de otros sin advertir cómo los perjudican. Ojalá los fondos fueran verdaderamente a donde están destinados. Ojalá no tuviera que ver tantos padres y familias agotadas en esas dependencias esperando firmas, papeles y asignaciones, mientras multiplican su agobio y cansancio lógico diario... En fin, como no tengo ya la respuesta, hoy solo me preocupo y ocupo por ABRAZAR la discapacidad en su totalidad para que el día de mañana, Alma y tantos otros niños tengan un FUTURO FELIZ y JUSTO, sin tener que mostrar certificados que supliquen lo que a cada uno le corresponde y pertenece.