Aldo Guizzardi, "el Lagarto" para los cordobeses, es sin lugar a dudas una figura central en la TV local, con 50 años de trayectoria. Desde hace 16 está al frente de la pantalla de El Doce, todas las mañanas de 9 a 12, haciendo “El Show del Lagarto”.
Dueño de un éxito indiscutido, defensor y amante del “federalismo y del localismo”. Por eso el público cordobés lo sigue eligiendo. “Si hay algún secreto es el de haber consolidado un equipo muy chiquito de trabajo pero con una potencia muy grande”, aseguró con firmeza tras su paso -como invitado especial- por Seguimos en El Doce.
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Después de haber incursionado en la radio, eligió seguir su camino en la televisión. Aunque asegura que extraña la otra forma de comunicar y es por eso que trasladó el lenguaje de la radio a su programa de las mañanas: “Ese es uno de los elementos tener en cuenta, porque permite a la gente que está en la casa hacer un montón de cosas”.
Su esposa Silvana es la productora general de El Show del Lagarto. Llevan 26 años de pareja y 25 trabajando juntos. Y asegura: “Menos mal que laburo con mi señora porque para lo que yo hago, tener alguien en quien confiar, que me interprete tal cual como yo pienso del otro lado, es sumamente importante. Es una ventaja”.
Las nuevas generaciones
Su hijo Lucca (20) estudia animación digital y diseño gráfico. De a poco, comenzó a aportar su granito de arena en la producción del magazine. Sobre su futuro –y el de muchos otros jóvenes-, El Lagarto reflexionó: “Hoy lo veo afuera porque su profesión no tiene desarrollo aún en Argentina, lamentablemente. Porque esa industria no está. Pero si fuera otra carrera, también creo que miraría hacia afuera”.
Siguiendo esa línea, insistió en que existe la idea recurrente entre los chicos de irse porque “nuestro país está muy castigado sobre todo en esos segmentos y es muy difícil para las nuevas generaciones encontrar un lugar, con esa cabeza”. “El mundo va para otro lado, casi distinto al que nosotros estamos yendo. Esas generaciones van quedando colgadas del precipicio”, sentenció.
Su vigencia
La comunicación es parte de su vida y sin dudas, no lo cambiaría por nada en el mundo. Lo cierto es que “haría otra cosa distinta, pero dentro de la misma actividad”. La pasión y las ganas siguen intactas y los desafíos no significan un límite.
“Yo no me veo sin laburar ni se lo aconsejo a nadie. No le aconsejo a la gente a que se jubile. Porque la jubilación es ponerle fin a los sueños”, consideró Guizzardi. Insistió en que aquellas personas que tanto desean la jubilación para hacer otras actividades, después no hacen nada.
“No hay que jubilarse, hay que ir y cobrar la jubilación”, aclaró entre risas. Por ahora, aseguró que "está bien con lo que tiene", aunque es consciente de que "nada es para siempre, porque sino el mundo no se terminaría nunca".
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Sus hobbies
El Lagarto no solo ama hacer televisión. En Seguimos reveló algunas actividades de entretenimiento que le gusta realizar cada vez que las cámaras se apagan.
Una de ellas tiene que ver con escuchar música. Pero sorprendió al destacar una, sin avergonzarse, a la que tituló como "alpedismo". “Me gusta estar sentado en un lugar sin nada, con la mente en blanco. Disfruto de eso”, contó.
Y por último, le encanta viajar. De hecho, confesó que compró un motorhome para pequeños viajes y disfruta mucho ir a las sierras de Córdoba y los lagos.
Un mensaje a los jóvenes
Con su experiencia, talento y larga trayectoria, Aldo Guizzardi se dirigió a los jóvenes y fue insistente con un detalle: la pasión.
“Los chicos se tienen que apasionar. Ese es el problema que tenemos, no hay pasión. Hay que desmaterializar un poco la vida para ver cuáles son esos caminos, encararlos y ponerles pasión y después pensar en qué te va a entregar ese camino recorrido”.
Y cerró: “Primero hay que hace la huella y, para hacer la huella, hay que ponerle pasión, ganas, garras, amor y compromiso”.
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