Un ídolo de la cumbia 420 del conurbano bonaerense y una estrella del stream. Lautaro Coronel se convirtió en El Noba en plena pandemia. Pasó de las transmisiones en vivo por Instagram a ser cantante de cumbia 420 en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. Este viernes, murió a sus 25 años, después de luchar 10 días en el hospital tras sufir un accidente de tránsito.
Dejó la escuela secundaria para comprarse su primera moto. Es que las dos ruedas eran una de sus pasiones. Empezó a trabajar a los 17 años: fue carretero, albañil, pintor y hasta delivery. Hincha de Defensa y Justicia, se codeó con los más grandes del fútbol argentino y acompañó a la banda de Varela en tiempos de paravalancha.
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El pasado 29 de abril visitó los estudios de El Doce y en una entrevista con Seguimos dio detalles de su historia: triunfó en la música en tiempo récord. Su sueño siempre fue tener la casa propia y lo logró. Tenía una hija de 6 años y quería lo mejor para ella.
En 2019 fue la última vez que trabajó en una obra en construcción. Cuando decretaron la cuarentena estricta, El Noba se potenció en las redes sociales “haciendo videos chistosos”. En el medio, trabajó como delivery.
“No laburo más para nadie”, dijo un día el artista, según reveló en esa última charla con Seguimos. Fue en ese momento en que hizo el clic, aprovechó que tenía muchos seguidores y comenzó a hacer publicidad. Pero ya tenía escrito, de puño y letra, su canción.
El agite conurbano y la cumbia 420, su legado
Lautaro Coronel contó Leandro Vecchio, conocido como “Infinit”, se convirtió en su amigo y mánager y fue el que lo impulsó a sacar el tema Tamo chelo, su primer hit.
“Yo tenía miedo, capaz el tema estaba bueno, pero tenía miedo de pasar vergüenza”, reveló. Cuando terminaron de graba y lo publicaron, explotó en YouTube: “¡Y fua, se fue todo al carajo!”.