Joaquín Sabina regresó a Córdoba después de un largo tiempo y volvió a emocionar a su público fiel de hace 40 años. Fue una noche cargada de música y sensaciones en un estadio Kempes que lució repleto.
Las entradas estaban agotadas desde hace meses. Desde la producción comunicaron que unas 14 mil personas acompañaron al español en su cita en la ciudad, en el marco del tour argentino "Contra todo pronóstico".
Vestido con una camisa manga larga de estampa de colores y su característico sombrero bombín, Sabina desplegó sobre el escenario todo su repertorio e hizo recordar tantos de sus emblemáticos shows en Córdoba.
El recital comenzó unos minutos después de las 21. Antes, el cantautor cordobés Lucho Arrieta fue el encargado de arrancar la fiesta en el Kempes.
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Sabina salió al escenario en medio de una lluvia de aplausos y gritos. "Estoy feliz, hacía cuatro años que no venía para acá, no hay nada como Córdoba", dijo apenas se abrió el micrófono.
El primer tema del show fue Cuando era más joven, canción incluída en su disco Juez y parte (1985). El español se mantuvo sentado en su taburete salvo contadas veces en las que se paró.
Fueron 50 minutos sin frenar, mientras la multitud acompañaba durante gran parte de pie y sin sentarse en las butacas. Luego llegó el breve descanso. Sabina presentó a sus músicos y dejó que dos de ellos deleitaran al público con sus instrumentos.
El recital después continuó hasta pasadas las 23. El cantante de 74 años le regaló a los cordobeses la canción Pastillas para no soñar, un clásico de 1992 que dio fin a una noche inolvidable para todos en el Kempes.
El cantautor y poeta seguirá su gira por Argentina los próximos días. Dará cuatro shows más en el Movistar Arena de Buenos Aires y finalizará en el Autódromo Municipal de Rosario, para luego viajar a Montevideo.