Es un clásico, cuando suenan los acordes de “The Trooper”, Bruce Dickinson flamea la bandera británica. El gesto no tendría nada particular si el contexto no fuera la Argentina, un país donde la imagen es tan costosa a los sentimientos patrios. Para muchos representa una guerra, la derrota en las Islas Malvinas. Para otros, representa la necesidad de gritar el gol de Maradona en el mundial de México `86. Y también están los que no les genera absolutamente nada.
El momento quedó inmortalizado por la producción local del show:
La imagen y el momento generó algunos silbidos, ahogados por el pogo y el delirio de los fans al sonar uno de los clásicos de Iron Maiden en el estadio Kempes. Sin embargo, la banda supo leer el momento y la producción decidió pedir disculpas, al final del show. Descartaron cualquier intento de polémica y pidieron disculpas a cualquiera que se haya sentido ofendido.
A través de las redes sociales, hubo posturas diferentes sobre el tema.
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